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Hidratación en verano

  • Actualidad

El agua representa entre un 60-70% del peso corporal. Es el medio donde se encuentran los metabolitos corporales, se producen las reacciones bioquímicas esenciales, se trasportan los nutrientes hasta las células, facilitando su disolución, digestión y eliminación mediante los productos de deshecho, interviene en la regulación de la temperatura corporal (mediante la sudoración), lubrica las articulaciones y tejidos, etc.

 

¡El agua es vida!

Nuestro organismo puede llegar a perder diariamente entre 2-3 litros de líquidos, mediante el sudor, la exhalación y la micción, de forma que debemos reponer diariamente estas pérdidas ocasionadas, en el caso de climas con temperaturas elevadas, como es nuestro caso en el sur de Europa, nuestro organismo debe “trabajar más” para mantener constante la temperatura corporal en los cálidos meses de verano, para ello se servirá de la sudoración como método para mantener constantemente la temperatura, dicho de otro modo:

“en verano, nuestro organismo libera más agua de manera habitual para mantener constante la temperatura interna y en gran cantidad si realizamos un ejercicio físico intenso. Por ello, no debemos cesar el aporte constante de agua, tengamos o no sed”.

 

¿Porqué?

Cuando se pierden una cantidad considerable de líquidos nuestro organismo activa el “mecanismo de la sed”, mediante el cual nos avisa que debemos reponer las pérdidas causadas, sin embargo este mecanismo as algo tardío y cuando se pone en funcionamiento ya denota un pérdida importante de líquidos corporales. La sensación de sed no es un buen indicador de cuándo debemos beber agua.

En el caso de las personas de edad avanzada, este problema se acentúa aún más, porque su mecanismo de la sed es “aún más lento”, esto, unido al cambio en la composición corporal que se produce con la edad, en la que los tejidos musculares que almacenan más cantidad de agua se van transformando en tejidos grasos, que almacenan poca cantidad de agua, es una combinación muy peligrosa, pudiendo resultar incluso letal en el caso de olas de calor, como lo fue en la ola de calor que asoló el continente Europeo en 2003 y dejó tras de sí gran cantidad de muertes en personas de edad avanzada por golpes de calor.

En verano vigila tus mayores, deben estar siempre hidratados. Palpa su piel, su tacto debe ser suave, no seco.

¿Cuánto debemos beber al día?

Como hemos comentado, lo necesario para reponer pérdidas y un poco más. Estos cálculos se han cuantificado en 1 ml por Kcal consumida, lo que bien a ser de manera genérica en unos 2 litros al día.

Tenemos que recordar que los alimentos también aportan agua en mayor o menor medida (las frutas y verduras son las que más).¡

 

¿Qué beber?

Agua, agua, agua… Es la bebida más inocua, más disponible y más económica que tenemos a nuestra disposición.

Si el agua te parece aburrida puedes macerarla con frutas, verduras, hierbas y especias para conseguir una bebida refrescante, apetitosa y que no contenga azúcares añadidos y/o compuestos químicos añadidos.

También nos puede ser de utilizad tomar:

Infusiones y caldos: aunque esto nos puede ser más apetecible en los meses más fríos del año.

Zumos: intenta siempre que sean naturales, exprimidos por ti, sus vitaminas estarán menos degradadas y evitarás que tengan azúcar añadido. Aunque lo mejor sin duda es que tomes la pieza de fruta entera y si es posible con su piel.

Bebidas deportivas: esta puede ser una buena opción en el caso de deportistas, que deban reponer electrolitos. No todas las bebidas tienen la misma composición y calidad, consulta con tu profesional de referencia.

 

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