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Autentificar el esfuerzo no es poner parches

  • Actualidad

Conforme va llegando el buen tiempo la sociedad pone el foco y se centra en el siguiente reto.

Uno de los retos que mayor repercusión está teniendo en los últimos años es intentar manejar un problema tan prevalente como el sobrepeso y obesidad.

Existe la gran tentación de intentar corregir esta pandemia creciente mediante metodologías más adictas al consumo que a poner fin de forma definitiva al problema, desde la raíz.

Precisamente por este motivo, la industria alimentaria y no alimentaria ha sacado a relucir sus encantos para atraer al consumidor con productos y dietas cortoplacistas, con el objetivo de obtener también resultados eficaces, pero también cortoplacistas.

Hasta el momento no existe ninguna dieta o producto dietético que consiga mantener al paciente/persona en un buen estado de salud nutricional de forma permanente si no viene acompañado de un cambio de estilo de vida. Y es aquí donde está la trampa (y el negocio), es fácil consumir productos dietéticos a gusto del consumidor para conseguir unos resultados más o menos variables, pero nunca permanentes a largo plazo.

De nada sirve decir lo que tienes que hacer si no enseñas primero a hacerlo. La sociedad sabe lo que tiene que hacer para mejorar su salud con un buen estilo de vida, pero es más cómodo y rápido pagar una metodología o producto que me lleve a los objetivos con el menos esfuerzo posible y con los mejores resultados.

Afortunadamente la vida y nuestro organismo nos pone a cada uno en su sitio, ya que no se puede engañar a ninguno de los dos, y cualquier intento de no modificar el problema desde su esencia, es decir, con esfuerzo y dedicación, acabará fracasando.

No se trata de hacer dieta y ejercicio físico, se trata de vivir acorde para lo que el cuerpo está diseñado. Todo lo demás son parches que no resolverán el problema, pero se perderá mucho tiempo, dinero, y a largo plazo, la salud.

Es importante vivir acorde con un equilibrio que el cuerpo humano exige a todos por igual. Toda desviación de este equilibrio la provocamos nosotros, y si no volvemos a ese camino difícilmente volveremos a ese equilibrio. Y para hacerlo solo puede hacerlo la persona que controla su vida, y no depende de la influencia externa de las circunstancias y el marketing.

En definitiva, alimentarnos de forma adecuada con un estilo de dieta mediterránea o similar, que hasta ahora no ha podido ser sustituida por un mayor beneficio de ningún otro patrón alimentario. Realizar ejercicio de forma habitual y no para conseguir unos objetivos concretos. Dormir para conseguir un sueño reparador del día. Estar activo, anímicamente estable y equilibrado para poder afrontar cada día con una conducta que nos aporte un estilo de vida saludable, y mantenido en el tiempo.

Sólo de esta manera mantendremos nuestra salud de la forma más satisfactoria posible, y si finalmente se convierte en un hábito, será para siempre y sin apenas esfuerzo.

 

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